Parque de Montecarmelo
El mirador mágico del noroeste de Madrid
Madrid es grande, pero también tiene sus límites. Uno de ellos, en su parte noroccidental, es el Parque de Montecarmelo, balcón excepcional sobre los campos de labranza de Fuencarral y el lejano horizonte de la Sierra del Guadarrama. El Parque de Montecarmelo, situado entre las viejas tapias del cementerio de Fuencarral y el anillo verde ciclista y atravesado por caminos que siguen campo arriba hacia la tapia de El Pardo, ofrece un marco incomparable de belleza y tranquilidad para los vecinos de los barrios cercanos del noroeste de Madrid.






En el horizonte, la sierra...
El parque, asentado en lo que antaño fueron tierras de cultivo y pastoreo del pueblo de Fuencarral y —en tiempos no tan lejanos— lugar de frecuentes vertidos de desechos de construcción, presenta, junto a zonas arboladas, amplias superficies de flora ruderal y monte bajo. Esta morfología, alejada de la configuración de un parque clásico, tiene también su atractivo, ya que no hay vegetación que impida la contemplación de los amplios horizontes rurales y las cumbres, a veces nevadas, de la Sierra.





...y mil Guadarramas
Como Antonio Machado, los habituales del parque sienten la fascinación de la sierra lejana y también guardan "mil Guadarramas y mil soles" en su retina... y en su móvil:
"¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,
la sierra gris y blanca,
la sierra de mis tardes madrileñas
que yo veía en el azul pintada?
Por tus barrancos hondos
y por tus cumbres agrias,
mil Guadarramas y mil soles vienen,
cabalgando conmigo, a tus entrañas."
(A. Machado, Camino de Balsaín, 1911)



Camino de Santiago
Al costado del parque discurre el Camino de Santiago, señalizado con el tradicional crucero de piedra. Como puede comprobarse, las vistas desde esta ubicación son también impresionantes. Los paseantes, corredores y ciclistas que a diario transitan por esta ruta y alargan su recorrido campo a través pueden disfrutar de un paisaje espléndido en el que nunca faltan especies como la paloma torcaz, el conejo y la codorniz, atentas siempre al vuelo lento y sigiloso de los buitres y milanos reales que buscan fortuna fuera de su entorno natural de El Pardo.





Llanto por un bosque
Hubiera preferido no tener que añadir nunca esta actualización, pero algunas de las imágenes que acabas de ver no se corresponden ya con la realidad. A finales de abril de 2025 se realizaron importantes obras de tala y trasplante que desnudaron de toda vegetación lo que hasta entonces era el espacio con más arbolado y espesura vegetal del parque. En el curso de esa operación se abatieron coníferas de gran porte y se realizaron trasplantes sin apenas cepellón y fuera de temporada que, en opinión de los expertos, no podrán prosperar. El resultado es bastante desolador como puede apreciarse al comparar estas dos filas de imágenes.